Eros

Durante todo el año espero la Noche Buena
tú te sientas en un extremo de la larga mesa
yo en el opuesto
Se interponen platillos exquisitos, candeleros, copas
y una inoperante vajilla
Pese al camino de obstáculos ya las miradas
descansan una sobre otra
Pido la sal,
y ya me has quitado el abrigo
Solicito el pan
y tu mano baja sigilosa mi vestido
Bebes sin que tus ojos se aparten de mi boca
El barullo no interrumpe el silencio con el que gritas
¡eres mía, soy tuyo!
Y mientras partes la carne, beso tu cuello
y al tiempo que comemos, ambos lo sabemos
ya nos pertenecemos
Ruego porque tu mano tibia no se aparte de mi cintura
porque sigas bebiendo largos tragos de mi pezón
urgente de tu boca
porque pueda con el rabillo del ojo seguir acariciando
tu sexo hirviente, ansioso, suplicante
como un desierto ante la insensata belleza de una nube
lisonjera
Desinhibidos por efecto de la fantasía
qué es tu cuerpo pegado al mío, sino manifestación divina
cosmos de lunares, símbolos de celestes rumbos extraviados
el verdadero paraíso del que un día fuimos expulsados
y por efecto del deseo recuperamos,
es el mapa siempre buscado, la imagen perfecta,
el jeroglífico descifrado
Dios encarnado, imagen y semejanza, pan y vino,
inmejorable sacrificio
La unión verdadera de las únicas piezas dispersas
vida e inteligencia

Ya sólo el postre y un trago de coñac para bien morir.
Al despedirnos nos rozamos a penas el meñique
Hasta la próxima Noche Buena en que la convención social
Sea el pretexto ideal para reunirnos

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