Día 20 del 2

Siempre me sorprenderá su sabiduría. Rosa me explicó que los pollitos siguen a las güajolotas y no a las gallinas porque fueron aquéllas las que los empollaron y no éstas. Hay algunas gallinas que aunque culecas abandonan los huevos que acaban de poner, entonces Rosa los toma y los pone en el nido de la güajolota y ésta se echa sin ningún problema. Claro que para que la operación sea exitosa el cambio de huevo de nido a nido debe realizarse en un plazo de ocho días una vez que la gallina ha puesto el huevo, si no, ni dios padre podrá hacer nada. Lo más maravilloso es que una vez descascarados, los pollitos adoptan a la güajolota como madre y la siguen para donde quiera que vaya. Y ésta hace lo propio con los pollitos. Así es como, sin ningún trauma, una güajolota tiene por hijos a pollitos y no a güajolotitos, mejor llamados en esta región de Michoacán, cunes. Rosa prometió que si regreso pronto matará a una de esas desalmadas gallinas que no calientan a sus huevos, la hará en chile rojo, también raspará algunos magueyes para beber pulque. Me urge volver.

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