Día 24 del 1

Caminata por el Centro Histórico. Encuentro con un rótulo sobre la pared “Pulques finos de Ometusco”, a su costado izquierdo, un diablo rojo que anuncia una pastilla milagrosa contra los resfriados, el catarro, dolor de garganta y cabeza, influenza, etc. Un puente que no tiene razón de ser pero que embellece el momento. Un sol piadoso consuela. Interés ante la obra del italiano Pedro Friedeberg, en Bellas Artes. Lo entiendo, soy un anaberinto. El arte exige honestidad no se puede ser quién no sé es. Impostar una visión del mundo es autoboicotearse. Entro al museo de Geología. Yeso, cuarzo, alas, calcita, pirita y otras muchas más itas cuyos nombres quiero regresar a aprender, piedras divinas, de eso no hay duda. Y la evolución del mamut. Remato con un helado de mamey en la maltrecha y abandonada alameda del Kiosco Morisco. Ojalá algún día podamos recuperarla.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Adiós a la cantina El Nivel y la pulquería Las Duelistas

Embriaguez marina

La isla