Abrazo de sol

Traspasa
la ventana íntima
el amanecer bermellón
de cálidos augurios

Ni una sola cosa
hallaría forma
si su contorno no fuera escrito
con el haz de la piedra
delirante

Nada sería
de los turgentes muslos
de la amante satisfecha
ni de la rigidez de un miembro
en guardia
dispuesto a cebarse
con su presa

Magnánima y clemente
con los torpes
otorga a cada uno
vidas nuevas
365 días al año

Al ingenuo rayo
le concede el instante
y pare las sombras
que acompañan a los solitarios
hombres
a soberbios edificios
a despeinados árboles

Qué inútiles los ojos
si no alumbrarán sus brazos
la desdicha de la tierra
y la dicha
del poema

Comentarios

Entradas populares de este blog

Adiós a la cantina El Nivel y la pulquería Las Duelistas

Embriaguez marina

La isla