De entre lo poco que aun me causa sorpresa
José María ha aprendido a leer. Lee todo lo que se pone frente a sus ojos. Y tiene una audacia sorprendente para dividir las palabras en sílabas y así determinar su escritura. En su reciente visita leímos Colás el chico y Colás el grande, de una antología de Hans Christian Andersen. Lo leímos antes de dormir y escuchó con atención y me preguntó por qué Colás el chico sólo tenía un caballo, y después por qué Colás el grande siempre quería lo que tenía Colás el chico. Me dijo que nunca había escuchado un cuento tan largo. Al día siguiente, a penas despertó me platicó que ya sabía hacer papel picado, y que podíamos hacerlo ese mismo día. Lamentablemente la agenda de sus papás no lo permitió. En el transcurso del día me hizo otra pregunta capciosa: "Ana, ¿qué es un enemigo?". José María tiene cuatro años y una adicción por las historias que me maravilla, sin menospreciar su gran curiosidad por palabras de gran complejidad (como lo es "enemigo"). Ah...