Incertidumbre

Ya van cabalgando por los valles
potros fortísimos de brunas crines
y rítmicos cascos que chapotean
el rocío del amanecer en los pastos

Es el delirio del hombre enamorado,
que se desdobla en la aurora violácea,
como techumbre para el paso de Apolo
en busca de la gloria amada

Acompañan las aves con su canto
al corazón henchido, va trotando
sin descanso, urgente del abrazo de
una mujer de peplo cristalino

No se cansa el jinete, no se agita
el caballo, a cada trote es menos
la distancia, ya se divisa el castillo de
altas torres y doncella en esperanza

Se detiene el caballero ante la puerta
el viento agita su cabellera, se despierta
la incertidumbre ¿el destino era ella
o simplemente cabalgar sin rumbo fijo?

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