Cuando no estás
Es mi urgencia de ti
la que no me deja terminar
de adorarte
la que crece como enredadera
y trepa por tus muslos
silente pero escandalosamente
asida a tu epidermis
Es esta necedad que me obliga
a reinventarte en la ausencia
en tu olor entre las sábanas solas
en el espejo, en un vaso,
en una camisa sucia
o en el eco de tu voz que sólo
yo distingo
en el arrullo de la noche
Es esta mi necesidad de decir tu nombre
de no cansarme de llamarte
de pasar noches en vela
buscando una palabra justa
que te convenza
Es esta mi terquedad de pensarte
vestido y desnudo
deseoso como un naufrago de isla
y ser yo la isla que te espera todos los días
y a la que a penas tocas ya es tuya
Es esta mi sangre urgente
que ruega una deferencia
que se impacienta
y hace del latido
un toque tórrido de tambores
batiéndose en el tiempo
Y es este instante y este sitio
los que me hacen suplicarte
una caricia que mengüe
la urgencia primitiva de asirme a ti
como un chupaflor a los jazmines
como un sediento a un bebedero
como un recién nacido al pecho
como un amante al beso
o sencillamente
como una mujer
a su amado hombre imperfecto.
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