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Mostrando entradas de febrero, 2009

Tarde de domingo

…como caerse brutalmente y joderse la nariz, la boca y la frente, y admitir la forzada misericordia, que a otros los hará sentirse menos culpables , y a uno más torpe, anciano y solo …como vivir eternamente bajo cielos plomizos ...como andar descalzos sobre suelos helados sin perdón de ningún dios … como saberse viejo y feo, y tener que levantarse para decir “buen día” ... como quedarse sin ganas sin hambre, sin necesidad de coger ... como muñón de árbol, como calvicie …como haber perdido la memoria sin remordimiento y aceptar que el amor no es cierto y sí la contradicción …como la caída de dientes en una pesadilla, o la materia que entre las manos se reblandece irremediable …como ser millonario y haber apostado a una carta desafortunada …como no haber parido hijos, ni escrito libros, ni fundado empresas …como no haberse enamorado hasta vomitarse de dolor o suicidar a las palabras de razón …como haberse tragado puñados de arena sin menguar la aridez de las dunas desiertas …como per

Haz

En algún lugar y tiempo que desconozco un haz diminuto recorta los cuerpos enganchados en la oscuridad de una habitación anónima Un río de sudor es el inicio de una delta que no imagina la separación de un futuro triangular dispersado en el infinito azul del mar Los labios urgentes horadan la piel en busca de la entretela epidérmica que sacie la necesidad de improrrogables apetencias Volátiles caricias se deslizan en piramidales pechos, pendientes circulares de muslos perfectos, rincones donde habitan oscuros secretos. Cada aleteo manual, contiene el tiempo la caricia musical es una obertura para eróticos violines y descarados chelos La marea de piel por momentos se enfurece, se vacía en un fortissimo delirio arenal El deshago consume el haz en un epílogo gutural del instante contenido en la fugacidad luminosa del orgasmo.